El obispo diocesano, Julián Ruiz, presidió en la tarde del domingo 25 de febrero la ceremonia de apertura de las asambleas sinodales de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Participaron en esta magna celebración, que abre uno de los procesos más significativos para una diócesis, el obispo emérito, Atilano Rodríguez, que anunció la celebración de este sínodo en el mes de mayo de 2018, el secretario general del Sínodo, Ángel Luis Toledano, y un centenar de sacerdotes, así como los sinodales, miembros natos y elegidos, que participarán en dichas asambleas para tomar las decisiones oportunas, y muchas otras personas que han formado parte, previamente, de los grupos sinodales que se han formado en toda la diócesis.

Una hora antes de la celebración, los sinodales: el vicario general; los vicarios episcopales y el vicario judicial; los canónigos de la Iglesia Catedral; los miembros del Consejo Presbiteral; los del Consejo Pastoral Diocesano y de Dirección del Sínodo; los arciprestes; el rector del Seminario el Secretario General del Sínodo y los miembros de la Secretaría, así como otros elegidos por el obispo directamente, hasta 180 personas, recibieron su credencial para poder participar en las futuras sesiones.

La eucaristía comenzó con el canto de las letanías de los santos como procesión de entrada y fue muy participativa. En ella los sinodales renovaron su fe y recibieron el reglamento de las asambleas que se celebrarán los días 2 y 16 de marzo y 13 y 27 de abril en el Colegio Diocesano Cardenal Cisneros de Guadalajara. En ellas se tratarán los temas estudiados estos años atrás en los grupos en cuatro bloques: llamados, desafiados, evangelizamos y servimos, respectivamente. Se abordarán muchos temas de interés pastoral que marcarán, sin duda, las líneas por las que debe caminar la diócesis en adelante.

Los grupos sinodales comenzaron con mucha fuerza en la diócesis, siendo unas tres mil personas las implicadas en un principio este proceso de reflexión. La pandemia supuso, lógicamente, una dificultad para la reunión presencial y, tras las restricciones, hubo un descenso considerable en el número de participantes activos. A los que han permanecido el obispo les dio las gracias públicamente y a los “desenganchados” les animó “a colaborar con la oración”.

El nuevo obispo, tras su nombramiento, manifestó su intención de acoger los trabajos realizados en estos últimos años y llevarlos a su culmen con la celebración de las asambleas que ahora comienzan con esta solemne celebración.

 

Función de la asamblea

La Asamblea Sinodal tiene un puesto de primer relieve entre las estructuras de participación de la Diócesis, representando el “vértice” de las mismas. Sus determinaciones, siendo al mismo tiempo “acto de gobierno y acto de comunión”, renuevan y profundizan la conciencia de corresponsabilidad eclesial del Pueblo de Dios, llamado a delinear la misión diocesana de evangelizar. Corresponde a la Asamblea Sinodal estudiar votar los diversos documentos y propuestas pastorales que se elevarán para su aprobación al obispo diocesano.

A todos los que participarán les dijo el pelado en la homilía “que abran los ojos y los corazones para ser miembros activos del proceso sinodal”, añadiendo que “solamente quien escucha la voz del Señor tiene la puerta abierta a la esperanza”.

 

Historia sinodal

El primero de los Sínodos diocesanos del que tenemos constancia de los celebrados en Sigüenza fue convocado, en 1380, por Juan García de Manrique. Se celebró el 15 de septiembre, octava de la Natividad de la Virgen.

El último sínodo celebrado, hasta el momento, fue convocado por Luis Alonso Muñoyerro, obispo de Sigüenza y natural de Trillo, quien así se lo comunicaba al cabildo, el 28 de enero de 1948. La idea fue acogida con entusiasmo por el citado cabildo, procediendo seguidamente a firmar el edicto de convocatoria, el 11 de febrero de ese mismo año. Fue el número XII de los datados.

La convocatoria del actual sínodo tuvo lugar el 2 de diciembre de 2018 en la catedral de Sigüenza, donde está prevista su clausura el 23 de junio de este mismo año. De hecho, este es el primer sínodo que se celebra, como recoge el decreto de convocatoria, desde la reestructuración de los límites diocesanos, y la erección de la nueva diócesis de Sigüenza-Guadalajara el 9 de marzo de 1959.

 

apertura asamblea sinodal