alfonso olmos Diócesis Sigüenza GuadalajaraPor Alfonso Olmos

(Director de la Oficina de Información)

 

La pandemia ha truncado muchos planes a todos los niveles: personales, sociales, laborales y, también, pastorales. Participar coherentemente en la solicitud que se nos hace a todos, especialmente desde las instituciones sanitarias, a ser prudentes para la contención de la expansión del virus, nos hace vivir este tiempo con mucha responsabilidad en las acciones eclesiales que se programan.

El Sínodo diocesano también ha sufrido un aparente parón. Quedó atrás la intuición rezada del obispo; el anuncio y los primeros pasos para conformar la estructura sinodal; el gozo de la celebración de convocatoria en la catedral de Sigüenza; la elaboración de los primeros materiales; la campaña de sensibilización; la encuesta sinodal; la elaboración de los temas a estudiar, la formación de los grupos y el inicio del trabajo de los mismos en parroquias, colegios, comunidades e instituciones de la diócesis.

No podemos perder la ilusión de llevar a cabo este proyecto propuesto por el obispo y asumido por toda la diócesis. Tenemos que, entre todos, mantener la llama del sínodo encendida. No debemos ceder a la desilusión. En este tiempo se nos sigue pidiendo mantener la tensión sinodal mediante un trabajo diferente, a la espera de poder seguir avanzando, con seguridad, en el diálogo fraterno y constructivo de los grupos sinodales.

 

Mientras tanto, tendremos que intensificar la oración. Rezar en cada comunidad, a diario, por el fruto de un sínodo diocesano que, a pesar del Covid 19, debe seguir latiendo en cada rincón de la diócesis. Es voluntad del obispo que se acreciente todavía más, si cabe, la súplica a Dios por el fruto de este acontecimiento eclesial. Por eso proponemos no dejar de implorar con esta oración, para que no se apague la llama de la sinodalidad en nuestra diócesis:

 

¡Bendito seas Dios y Padre nuestro!
Escucha la oración de la Iglesia

de Sigüenza-Guadalajara
que vive un Sínodo para la renovación
de su misión evangelizadora.

Haz que, guiados por tu Hijo
y alentados por el Espíritu Santo,
tomemos las decisiones oportunas,
para mostrar tu amor a todos los hombres.

Santa María, Madre de la Iglesia,
intercede por nosotros
para que, iluminados por la Palabra de Dios,

vivamos unidos y firmes en la fe.

Amén.